Por: Axel Mena
Estaba tranquilo recorriendo mi camino al cual llaman vida. Cuando en mi andar empecé a notar una sombra que me acompañaba. No sabia desde cuándo este ser seguía mis pasos, en varias ocasiones noté su presencia sin poder observar a la criatura.
No fue hasta aquel día soleado y un poco caluroso, que transcurría como muchos otros días; cuando una sombra me arropó como si fuera noche, en unos instantes lo que para mi era felicidad se torno un poco abrumador, algo insólito jamás experimentado en mi andar.
Al darme vuelta para ver qué causaba tal sensación, me sorprendió observar aquella criatura que me acompañaba sin saberlo. Se posó ante mi majestuosamente, un tanto imponente, ya me habían contado de ella y recordando aquellas platicas un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, su aspecto era terrible me causaba temor, demasiado diría.
De repente este ser infernal empezó a atacarme, no sabia que hacer ante tal situación, si quedarme quieto o comenzar a repeler sus embestidas.
Opte por la segunda opción, aunque la bestia era enorme pude observar otros guerreros igual que yo, atacándola; sus movimientos en muchas ocasiones eran devastadores pero eso no me quitaba las ganas de luchar por mi vida y salir airoso de la situación.
En estos momentos sigo mi lucha contra aquella criatura, sabiendo que tendré la victoria en mis manos y aprovecho para decirles a los demás guerreros que sigan luchando, que no se desanimen ni que den la batalla por perdida, sé que es duro pero en compañía todo es mas fácil.
Recorrer el camino del cangrejo es difdcil, pero con mucho entusiasmo y de la mano de Dios, sí se puede. Al menos lo único que no podemos hacer, es rendirnos.
Sigamos en la lucha.!