Pero amo vivir aquí… creo…
Mis mañanas comienzan casi igual, hoy no tuvo su excepción, siempre procuro tomar mi desayuno completo, se podría decir que logro salir de casa con energía y buen humor. Luego de ello subo al auto y comienzo el trayecto a mi trabajo.
El buen centro de la ciudad, calles planificadas para hacerle la vida miserable a más de uno: si eres peatón cuídate de no toparte con alguien, tendrías que bajar de la acera, porque dos no caben al mismo tiempo. ¡Ay de ti si llueve! Tu sombrilla no cabrá, porque entre las casas y el poste a media banqueta, eres tú o el paraguas. Si no llevas artefacto con qué cubrirte, no importa, no bajes la cabeza, algunas casas tienen amablemente la herrería de sus ventanales por fuera, y cuidado con la cabeza…
No, por supuesto que eso nunca me ha ocurrido, solo lo digo, porque me lo contó el amigo… de un amigo… Y al ver las calles y las casas al pasar, me acuerdo…
En mi caso particular, siempre llego a mi lugar de destino y paso frente a él, mientras contemplo como toda la calle ya está llena de autos estacionados, hoy tuve una pizca de esperanza: un hueco se vislumbraba a lo lejos, pero no, el sitio tenía un cono en medio. ¡Pero oh! Otro más allá. Con la ilusión y la sonrisa de la buena suerte, descubrí que ese tenía botes de agua purificada. Está prohibido, dicen. Pero nadie hace mucho al respecto, ni yo hago nada por quitarlos y ejercer mi derecho, ni las autoridades ¿Qué importa?
Luego bajo de nuevo toda la calle, es lo bonito de esta ciudad, si te pasas una salida, la solución no es como en otras ciudades que van: una ida, una vuelta, una ida una vuelta. ¡No! Aquí, son dos de ida y una vuelta, luego vete hasta la avenida para tomar la calle de detrás de una escuela, para tomar la calle que dobla, para girar a otra calle y así retomar la calle que te pasaste. Aquí no existe “darle vuelta a la cuadra” Te lo perdiste, vete a correr como por 20 calles para volver al camino (Perdón por exagerar, solo son 10 calles).
Vi un lugar, o al menos eso creí… Una camioneta SUV, había dejado un pequeño espacio entre su frente y una cochera. No quepo, pensé. Y de verdad no había cabida para mi auto. El veneno poco a poco comenzó a agolparse en mi boca: un par de malas palabras, seguidas de una intención de dejarle una nota: “No ocupes el lugar de 3 autos” “Por favor, aprende a estacionar el auto” “No seas un desgraciado”. Y todas las frases y vocabulario que se me vinieran a la mente, mientras seguía conduciendo en círculos.
Después de 3 vueltas por la misma zona, descubro que hay al menos 5 apartados con basura y demás, y 3 autos que jamás aprendieron la civilidad de ocupar un solo espacio.
Malditos, malditos todos…
También pensé en lo que haría cuando por fin lograra pararme: llegaría a mi trabajo, abriría mis redes sociales y ahí, tiraría todo el veneno habido y por haber, en contra de las alimañas que apartan, los que no tienen la capacidad de medir sus dimensiones y aclarar que para mí, todos tienen un lugar en el infierno, solo por el hecho de fastidiar mi propia intención de aparcar.
Mis pensamientos recorrieron y saborearon cada palabra que tenía por decir, cuando lo ví ahí, brillando. Un espacio, ni tan lejos ni tan cerca, pero vacío, llamándome. Estaba en una calle que viene y pensé que para tomar el inicio de esa calle requería de bajar a la avenida, tomarla, subir por una calle, y doblar al menos 2 veces para llegar ahí, al mismo punto donde ya estaba, pero en el sentido correcto. Que desperdicio de tiempo, y gasolina.
Soy hábil, qué demonios, pensé.
Miré mi retrovisor, 3 calles convergían ahí (Lo sé, lo sé, al diablo la lógica)), pero nadie venía desde esas direcciones, atravesé el auto en medio de la cruz y con una reversa limpia y en una empinada acomodé mi vehículo.
Tomé mis cosas con satisfacción y tomé la calle de mi trabajo que también subía, pasé por al menos 2 apartados y un mal estacionado, los miré con odio, pensando en las notas y hasta en vandalismo. No hice nada. Llegué al trabajo y en lugar de hacer mi queja pública me puse a limpiar.
¡Tengo mejores cosas que hacer!
Hasta mañana…
Elise Veri
https://www.facebook.com/EliseVeri2013/