Por Valeria Marcial
El perverso juego de manipular a los sindicatos, utilizarlos durante jornadas electorales y desecharlos una vez se está en el poder, no es caso exclusivo del Sepev, cuyos agremiados se amarraron este lunes a las rejas de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), donde despacha José Luis Lima Franco.
Se trata de decenas de movimientos u organizaciones cuyos líderes vendieron al “mejor postor” el voto corporativo y hoy se dicen “defraudados”. Pero esa, es otra historia.
Como toda alianza, es un ir y venir en privilegios y definitivamente, ésta no se mantiene por siempre. Tal es la situación actual de Sindicatos de maestros, empleados al servicio del poder ejecutivo, legislativo y judicial –solo por poner un ejemplo- quienes al paso de un año de la administración de la 4T, han roto charlas, luego del hartazgo, largas e incumplimiento a los acuerdos. “El hombre que mucho promete, mucho olvida”.- Tomás Fuller.
En Veracruz ya son 14 meses de la administración de Cuitláhuac García Jiménez, ya se acabó el tiempo de culpar el pasado y la curva de aprendizaje parece ha llegado a su fin. Dios quiera que sí. Es tiempo de dar resultados y sobre todo, reconocer y agradecer a esos hombres y mujeres que se la jugaron por la Cuarta Transformación.
El voto corporativo de los sindicatos, organizaciones, asociaciones y diversas agrupaciones fue primordial para que en Veracruz y todo México llegaran los representantes populares del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Por ello, hoy se debe cumplir la palabra empeñada.
En 2021 serán las elecciones intermedias y de continuar gobernando como hasta ahora, se vislumbra un descalabro para el partido en el poder.
Nada molesta más a un burócrata que sacarlo de la comodidad y faltar al compromiso de mejorar sus condiciones laborales y salariales. El servicio público es un rubro donde el ser humano entrega lo mejor de sí.
Porque ser burócrata en Veracruz tiene sus grandes beneficios, pero antes se tuvieron que realizarán mayores sacrificios para obtener una plaza y con ello garantizar estabilidad en un hogar o una familia.
Se debe respetar el valor humano de los trabajadores, para que así Veracruz se posicione como un estado a la vanguardia. Nada es más importante para un gobierno que su personal, el Recurso Humano que saca adelante a cualquier gobernante, líder o institución.
Por ello es necesario otorgar espacios dignos donde laborar, mejores salarios, prestaciones y respetar siempre –ante todo- sus Derechos Humanos.
Un hombre crece y da mejores resultados si su equipo está satisfecho, pleno y feliz. Es ahí donde se debe revalorar el trabajo de los hombres y mujeres que dejan su hogar día a día, para hacer de una institución gubernamental, el lugar donde se resuelven las demandas de un pueblo. Es una cadena. Porque un ser humano feliz contagia y da mejores resultados.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez debe asumir la responsabilidad y tener muy en cuenta que, al capital humano debe respetársele y apreciar, para hacer de Veracruz un estado en potencia. Porque no es solo con discursos sobre economía, infraestructura, educación, inversión o mejoramiento en salud, como se podrá lograr que la administración pública sea de calidad.
Los secretarios y funcionarios en el poder, deben llamar a los líderes sindicales y respetar de una vez al trabajador veracruzano. Dejar de lado los acuerdos en lo oscuro, donde sólo se beneficia a unos cuantos y dar prioridad a las exigencias de los ciudadanos que a su vez son servidores públicos, para lograr que cada engrane de la maquinaria trabaje. Hay que aceitar y pulir la maquinaria, la más noble, frágil, sensible pero más fuerte, la humana.