Redacción.– El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) opera a través de traidores para pretender manipular las filas internas del Partido Acción Nacional e imponer al candidato del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés.
La serie de impugnaciones que ha presentado el ala política de Joaquín “el chapo” Guzmán obedecen a la operación del sistema gubernamental que hoy sirve a los intereses de Morena, para secuestrar el PAN y ser una oposición a modo.
Joaquín Guzmán se rodea de personajes oscuros de la política, quienes han saltado a conveniencia a otros partidos y luego de las derrotas con la cola entre las patas regresan al partido, como el caso de Javier Hernández Candanedo, quien en 2016 fungió como candidato del PT a la diputación local, se integró al panismo que ha respaldado a priistas y ahora a Morena.
La muestra de los infiltrados en el PAN veracruzano se comprobó a todas luces cuando dos diputados de la bancada decidieron votar a favor del Juicio Político de Jorge Winckler Ortiz de un día para otro pese a haberse comprometido ante notario que iban en contra.
Esto además confirma la advertencia del actual dirigente Pepe Mancha respecto a la existencia de traidores que buscan convencer a los alcaldes de pasarse a Morena.
Los aliados del “Chapito” están vestidos de azul pero en realidad están operando a favor del Gobierno Estatal, esto bajo la promesa de una nueva elección donde triunfe Guzmán Avilés.
Esto también se confirma a través de la cercanía que Noreya Portilla, neo morenista, ex perredista, y Javier Hernández Candanedo, aliado de Rosendo Guzmán, mostraron en los últimos días con René Bejarano, dirigente del Movimiento Nacional por la Esperanza.