Juan Javier Gómez Cazarín*
La gobernadora electa, Rocío Nahle, estuvo este fin de semana en Martínez de la Torre y en Perote, como parte de su gira de agradecimiento.
Esa actitud de agradecer al pueblo y de chambear duro cuando todavía falta mes y medio para su toma de posesión describe a la perfección su compromiso como servidora pública, pero también –y quizá sobre todo- su calidad como ser humano.
Porque ser agradecido es signo de un temple personal de la mejor calidad: el de la gente confiable, que es de una sola pieza.
Como en otras giras, tuve el honor de acompañarla a los dos eventos y atestiguar el ánimo desbordado de la gente que le expresa cariño, respeto y esperanza de lo que será su sexenio a partir del 1 de diciembre.
Y si “amor con amor se paga” ha sido un lema que la 4T ha hecho suyo, la gobernadora electa no deja dudas de que tiene muy claro, en sus planes, corresponder como se debe al afecto y el respaldo del pueblo.
En Martínez de la Torre, tierra que es uno de los pilares de la citricultura de Veracruz, de la que somos líderes nacionales, la futura Gobernadora expresó que el campo será una de las prioridades de su administración.
No lo dijo así nomás: anunció, para que quedara bien establecido, que el año próximo aumentará el presupuesto de agricultura y ganadería para todo el Estado.
Comprometió, además, el tercer puente sobre el río Bobos, para mejorar la comunicación de esta ciudad.
En Perote, también tierra de vocación agropecuaria, anunció un programa de microcréditos a la palabra, que son el impulso que muchos pequeños empresarios necesitan para despegar en sus agronegocios.
Tengo perfectamente claro que tendremos una Gobernadora que será, como ella dijo, “24/7”, incansable, imparable, decidida y personalmente involucrada en la solución de los desafíos de Veracruz.
La etapa que viene para el Estado será de muchísimo trabajo. Bien dice Rocío Nahle: ¡nos va a ir muy bien!
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.