¡Alerta, alerta, alerta al que camina!
¿Qué podrían estar haciendo juntas mujeres veracruzanas con amplia trayectoria política, de diferentes partidos políticos y diferentes áreas de servicio?
Es decir ¿qué hace Elizabeth Morales García con Ana Ledezma, Ruth Callejas y Mónica Mendoza?
¿Qué están haciendo en el mismo lugar empresarias xalapeñas, activistas, académicas, feministas?
Les cuento:
Las mujeres veracruzanas se siguen organizando, desde todos los espacios y todos los frentes.
A menos de un mes de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, se instaló la tarde-noche del miércoles, el capítulo Veracruz de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo, que preside la queretana Josefina Meza Espinoza.
Fue reunión abierta y transmitida por redes sociales, donde diputadas y ex diputadas locales, senadora, ex alcaldesas, la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, integrantes del Poder Judicial, regidoras, y muchas mujeres veracruzanas coincidieron en tener una cosa en común: ser o haber sido víctimas de violencia política.
“No quiero que lo que me pasó le siga pasando a otras” dijeron continuamente mientras narraban los abusos y la violencia que se ha cometido sobre ellas al ejercer sus derechos político-electorales, anécdotas como la violencia contra una ex regidora de Altotonga que se ha traducido en la inhabilitación del ex Presidente Municipal; violencias normalizadas y más frecuentes de lo pensado.
Les respondo en concreto:
Movilizar. Eso hacían todas estas mujeres reunidas.
Movilizarse y movilizar al resto; para contribuir al legado que miles de mujeres están dejando a las siguientes generaciones, para que todos los derechos estén garantizados, particularmente los derechos políticos que son los que llevan a las mujeres a los espacios de toma de decisiones.
¿Funcionará? ¿Serán legítimos y compartidos los intereses? ¿podrán mujeres de diferentes fuerzas políticas e ideológicas sumar a la causa? Cuando estas dudas me invaden siempre me contesto: ¿Por qué no? seguramente los siguientes meses nos daremos cuenta.
Mientras tanto, el solo hecho de estar presentes, escuchándose y reconociéndose entre todas, ya emitía un grito claro y directo para Veracruz y contra el patriarcado: ¡alerta, alerta!